Qué son los sulfitos en el vino
Los sulfitos parecen haberse convertido en el enemigo público en el mundo de los vinos. Desde hace algunos años se viene cuestionando su presencia y las cantidades que se añaden al vino, además de las consecuencias que una ingesta excesiva tiene sobre la salud.
A grandes rasgos se menciona a menudo la preocupación por los sulfitos, pero realmente se tiene poco conocimiento de sus efectos reales o de qué cantidades llegamos a consumir.
Uno de los principales errores a la hora de demonizar los sulfitos es ignorar que estos también se producen de manera natural en alimentos que pasan por procesos de fermentación como lo son el vino, la cerveza o el pan.
Los sulfitos son además un conservante común en muchos otros alimentos, y por ello, con frecuencia nos encontramos consumiendo cantidades de sulfitos que sobrepasan la media normal.
En la producción de vinos a gran escala, los sulfitos añadidos son una práctica común, y su uso está ampliamente extendido y autorizado, a pesar de que en los últimos años la tendencia es emplear cantidades reducidas en la medida de lo posible.
¿Pero qué son realmente los sulfitos? ¿Para qué se emplean y cómo afectan a nuestra salud? Entremos en más detalle a lo largo de este artículo.
¿Qué son los sulfitos?
Los sulfitos son derivados del azufre (dióxido de azufre, SO2) que se añaden a modo de conservante en diferentes productos alimentarios, entre ellos, los vinos. No obstante, los sulfitos también pueden aparecer de manera natural en diversos alimentos y en bebidas fermentadas.
Es común encontrar sulfitos añadidos en varios alimentos precocinados o envasados que necesitan mantenerse en buen estado durante largos períodos de tiempo. Comunmente los encontraremos en la etiqueta de ingredientes bajo la nomenclatura E220.
En bebidas alcohólicas como el vino, los sulfitos pueden ser añadidos o naturales, y la cantidad, aunque regulada por Ley, puede variar en función del tipo de vino y del productor.
¿Para qué sirven los sulfitos?
Como hemos comentado anteriormente, los sulfitos tienen altas propiedades conservantes. Cuando están presentes en el vino, estos ayudan a protegerlo de bacterias y otros organismos dañinos como mohos, hongos y levaduras. Además, ayudan a preservar las características aromáticas y los sabores característicos de cada vino, evitando la oxidación prematura del producto.
Cómo afectan los sulfitos en la salud.
Como todo, una ingesta excesiva de sulfitos puede resultar perjudicial para la salud. Uno de los principales problemas de los sulfitos no es encontrarlo en un alimento o bebida en concreto, sino encontrarlo en diversos alimentos que podemos llegar a consumir diariamente.
Los sulfitos se añaden a varios alimentos diferentes, suelen estar bastante presentes en nuestro día a día, y es difícil controlar la ingesta que hacemos de ellos.
Como consecuencia principal de una consumo prolongado y abusivo, hay personas que presentan intolerancia o alergia a los sulfitos, y sus síntomas se manifiestan de diferentes maneras, como en molestias estomacales de diversos tipos, problemas cutáneos o respiratorios y dolor de cabeza.
Es por ello que en varios países la ley obliga a señalar claramente en los envases que la bebida o alimento en cuestión contiene sulfitos, ya que se trata de un alérgeno más con consecuencias para la salud.
Con respecto al vino, la Unión Europea permite añadir un límite máximo de 150 miligramos por litro en vinos tintos, y 200 miligramos por litro en vinos rosados y blancos.
No obstante, la ley no obliga a los productores a especificar cuál es la cantidad exacta de sulfitos que han añadido a sus productos, y por tanto, es difícil confirmar si han utilizado cantidades mínimas o si por el contrario el vino contiene la cantidad máxima que se permite.
Para el consumidor medio, este hecho se convierte en un problema a la hora de adquirir el vino, ya que si la persona en sí es intolerante a este conservante, nunca podrá elegir con tranquilidad un vino que contenga sulfitos añadidos.
¿Cómo afectan los sulfitos al vino?
Cuando se encuentra una concentración de sulfuroso en cantidades moderadas, este ayudará a mantener el vino en buenas condiciones, y prolongará su conservación además de sus propiedades sensoriales.
Por otro lado, cuando el vino contiene un alto contenido de sulfitos añadidos, estos repercutirán en su perfil aromático y en su sabor.
Un exceso de sulfuroso en ocasiones se traduce en un fuerte aroma a químicos y un sabor un tanto metálico que en ocasiones es difícil de disimular.
La decisión de añadir sulfitos externos al vino o no puede depender de la filosofía del productor y de la necesidad del producto.
Hay productores que, pese a optar por una producción totalmente sin aditivos, en ocasiones deciden añadir una mínima dosis de sulfitos añadidos durante el embotellado del producto para contribuir a su mejor conservación, y que de esta manera el vino llegue en las mejores condiciones posibles al consumidor final.
¿Los vinos naturales no contienen sulfitos?
Tenemos que ser clar@s con este tema, ya que entramos en cuestiones de salud. Los vinos naturales SÍ contienen sulfitos.
En ocasiones se cree que los sulfitos son algo exclusivo de los vinos elaborados a gran escala, pero lo cierto es que los naturales también los contienen, pero ojo, aquí la procedencia de los sulfitos marca la diferencia entre un vino elaborado en método natural y uno elaborado de manera industrial.
Los sulfitos que se encuentran en los vinos naturales deben proceder del propio proceso de fermentación, y no deben ser de procedencia externa o artificial. Su concentración por tanto, será mucho más baja, y por tanto, menos dañina.
Cómo empezar a beber vinos sin sulfitos añadidos
Antes de adquirir un vino, pregunta por su elaboración y si contiene sulfitos añadidos o si bien los que contiene son de origen natural. La elaboración de vino y la filosofía del productor están íntimamente relacionados, y por lo general aquellos productores que han decidido trabajar sus viñas y vinos de manera no intervencionista elegirán mantener únicamente los sulfitos propios del proceso de fermentación del vino.
Aquí te presentamos algunas opciones de vinos naturales sin sulfitos añadidos que puedes disfrutar en en buena compañía:
