Además de los obvios beneficios, como no ingerir pesticidas de vino no cultivado orgánicamente o añadir aditivos químicos en la bodega, hay algunas pruebas de que los vinos naturales son más saludables.

Isabelle Legeron, Master of Wine y Fundadora de la feria internacional de vinos naturales RAW WINE, analiza la investigación en su libro Natural Wine. Se reduce a unos pocos puntos clave:

– Las frutas y bayas orgánicas contienen hasta un 58% más de polifenoles antioxidantes, según un estudio de UC Davis 2003. Hay niveles significativamente más altos de resveratrol, un antioxidante que se encuentra en el vino natural comparado con el vino convencional.

– El afinado y la filtración también eliminan el resveratrol deseable.

– Un compuesto llamado glutatión, que es esencial para ayudar a tu cuerpo a descomponer el alcohol, para que se excrete en lugar de pasar a través del torrente sanguíneo, es altamente susceptible a los sulfitos. Por lo tanto, el vino con niveles más bajos de sulfito es procesado más fácilmente por el hígado.

– Al no haber ingerido una gran cantidad de sulfitos la resaca se notará mucho menos.

Aunque es posible, los vinos sin sulfitos son increíblemente raros, ya que los sulfitos se producen naturalmente en las levaduras durante la fermentación. En general, cualquier cantidad de hasta aproximadamente 30/40 mg/l se acepta en el mundo del vino natural como «bajo en sulfito». Los estándares varían internacionalmente, pero según la legislación de la Unión Europea, todo lo que contenga más de 10 mg/l debe incluir «contiene sulfitos» en la etiqueta.