Una muy joven Silvia Tezza cultiva solo 4 hectáreas y media, mayoritariamente plantadas en Garganega con cepas de 60-75 años y recientemente en Corvina, Molinara y Rondinella.

En 2015 terminó sus estudios en agricultura. Aunque no procede de una familia vinculada a este sector, decide invertir su futuro en el viñedo, recuperando un terreno de su propiedad que de otro modo estaría destinado a ser edificado. Gran impulso viene de su tío Maurizio, restaurador, amante y frecuentador de los salones de vinos naturales.

Lo que solía ser un compromiso en su tiempo libre se convierte en una actividad de tiempo completo para Silvia. Giulio Armani de Denavolo, un querido amigo de la familia, se presta a algunos consejos. La primera cosecha sale muy bien y de allí Il Roccolo di Monticelli empieza a consolidarse.

Hoy produce unas 10000 botellas que se venden repartidas por tres continentes. Las viñas se cultivan en ecológico y el azufre no se utiliza en ninguna etapa de la vinificación