Nicola Brunetti heredó la bodega y los viñedos de su familia en 2017, donde él y su mujer Giulia Zanesco elaboran vinos que se destacan de las variedades italianas habituales, como Bronner, Riesling, Cabernet Franc, Syrah y Grenache, con la extraña variedad autóctona también.

Deliciosamente, puro Véneto, Calalta es una bodega orgánica ubicada en las faldas del Monte Grappa. Sus vinos son un fiel reflejo del terroir Veneto y de la singularidad que hay detrás de cada añada. Las cinco hectáreas de su viñedo están en su mayoría en pendiente, lo que ayuda a promover el flujo de aire y el drenaje del suelo. La mayor parte del trabajo de la viña se realiza a mano bajo principio ecológicos, donde se evita el uso de pesticidas, fertilizantes químicos y herbicidas. En cambio, confían en la biodiversidad, plantando una variedad de especies y verduras que crecen hasta florecer, lo que ayuda a nutrir el suelo y atraer abejas que polinizan y mariquitas que combaten insectos dañinos.